domingo, 18 de noviembre de 2012

PLAY: Contamíname, mézclate conmigo... o la batidora Joan Colomo

No pensaba escribir una crónica del concierto de Joan Colomo en Cornellà del pasado sábado, pero 24 horas después aún estoy flipando con él. De hecho, me he despertado tarareando en sueños Màgic y poco después he sentido la imperiosa necesidad de escuchar sus tres discos seguidos en el orden aleatorio marcado por Spotify. He de ser sincera y confesar que, aunque Colomo ha dado un montón de conciertos en los últimos dos años, lo había visto en directo apenas un par de veces y hacía ya tiempo, demasiado tiempo. Después de este concierto, si alguien me propone verle otra vez mañana aceptaría sin dudarlo. ¡Por Dios, sí!

Joan Colomo no es un tío cualquiera. Se ve, se nota. Quien sabe cuántas cosas y a qué velocidad circulan por su mente. ¿A cuántas personas se les ocurre comenzar un concierto haciendo de un saludo como "Hola, qué tal?" una canción a base de samplers? ¿Cuántas se bajan canciones de Ana Belén, que toca en la ciudad el mismo día que tú, para ponerlas y cantarlas? ¿Cuántas le dedican una canción al tío que se tiró desde la estratosfera patrocinado por Redbull y las tocan con no sé qué programa en su móvil a cuatro dedos? ¿A cuántas se les sube un tío con pinta de ido al escenario para que le dedique una canción a su novia - cómo se llama la canción, Noelia?- y le siguen el juego y cogen y lo hacen? ¿Cuántas meten la pata diciendo que en Cornellà seguro que tocamos bien las palmas, cosa que los catalanes no hacen bien, y salen airosos?


Hacía mucho que no me reía tanto en un concierto. Lo dice alguien que no soporta el argumento del "buen rollo" para cuantificar la valía de una canción o grupo. De hecho, me da absolutamente igual si me río o no en un concierto, no estoy allí viendo The Big Bang Theory. Pero es que Joan Colomo mezcla varias cosas muy bien: es divertido y encima no pretende serlo (o si lo pretende disimula muy bien), tiene hitazos como pianos, que en directo suenan como tales o mejor aún, y sabe darle la vuelta a sus temas con la versatilidad de una navaja multiusos. En resumen, que ser divertido no es su mejor baza. Es un complemento que magnifica el conjunto. Es un músico con un discurso propio, inteligente, original y a la vez como de estar por casa. Joan Colomo es un verdadero crack y lo he disfrutado casi en casa. Un lujo.




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