sábado, 1 de septiembre de 2012

EXTRA: Visita obligada, pero que sea rápida - Islandia (II)

Si os gustan las multitudes de turistas que exclaman Oh! y Ah!, debéis ir al llamado Círculo Dorado, la ruta que incluye la visita a la cascada de Gullfoss, Geysir y Pinvellir en el sudeste de la isla. Si no y mal que os pese, también, porque sus atractivos son clásicos poderosos. 
Geysir es lo que recomiendo visitar más rápido: ver un geiser mola, pero una vez lo ves ya está y quieres salir de ese recinto abarrotado con actividad geotermal lo más rápido posible. El geiser (único neologismo de origen islandés asimilado por el resto de idiomas y que significa emanar) que vemos no es el original, sino uno de diámetro menor que lanza agua cada 8 minutos. Sí, es espectacular, pero imaginad como sería el Gran Geysir, que podía hacer que el agua que expulsaba alcanzara los 80 metros de altura. ¿Qué pasó? Que unos turistas lo bloquearon al arrojar piedras en su interior, en la década de los 50.


 La cascada de Gullfoss

Gullfoss se merece su popularidad, porque es una cascada realmente preciosa. Debe su nombre a los reflejos dorados (gull significa dorado) que adquiere su agua cuando le da el sol, aunque también a la leyenda que dice que un lugareño tenía mucho oro en casa, tanto que no podía soportarlo y lo lanzó a la cascada (sí, es difícil de entenderlo para una mente española, lo sé). El ruido del agua es maravilloso, como lo es la cortina de gotas que levanta y que te moja la cara y los remolinos blancos, casi leche, que se precipitan al vacío.

Pinvellir, aunque la primera letra no es una p sino otra que no he encontrado con sonido similar a la zeta

Pinvellir aúna belleza e historia: Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2004, en el 930 d.c los islandeses fundaron aquí el primer parlamento democrático. Es punto de encuentro, o choque, de las placas tectónicas de Norteamérica y Europa, de ahí la gran fractura que es la falla de Almannagjá. Negaré haber dicho esto, pero una vez en el parquin pasad del recorrido marcado y subid por la ladera para admirar las vistas de las dos partes y del río interior, que va a parar al lago más grande de Islandia. La sensación es rara, de paz provocada por la violencia física y el peso de la historia, por trillada que sea esta expresión. Clanes (sagas) decidiendo el futuro del país en una tierra que no deja de moverse bajo sus pies.

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