jueves, 6 de octubre de 2011

PLAY: Más vale tarde que nunca

Foto de Yaiza D. Marca

A veces pasa que una persona tiene un gran talento pero no lo muestra hasta que ya ha pasado cierto tiempo. Entonces sale como de la nada y sorprende. Es el caso de Maronda, de Pablo Maronda, que un día decidió mostrar sus canciones de la mano de Marc Greenwood, conocido por ser el bajista de la Habitación Roja.


Maronda publicaron a finales de mayo su disco de debut El fin del mundo en mapas, bajo el paraguas del sello Absolute Beginners. Un trabajo precioso, de canciones pop de reminiscencias retro que van desde los 60 a casi la actualidad. El disco se abre con Cambiada tema digno de Los Brincos y se cierra con Buenaventura, un homenaje a Durruti y a Family. En Maronda hay un exquisito batiburrillo de influencias que se entremezclan y hacen que no suene a una época concreta ni a revival. Ir a casa de estos dos debe ser fantástico, todo lleno de discos.


Aunque la mayoría no sabíamos nada de Pablo, él ya había tocado en algunos locales de Valencia. Explica que se dedicaba a "acumular discos, leer tebeos… en el mundo musical había militado de una manera muy intermitente. Tocaba la acústica y la armónica por ahí según me daba. Empecé a tocar en el Pinball, un bar de Valencia, y luego me salieron más cosas y conocí a Marc”.


Podemos contar la anécdota de que Pablo y Marc se conocieron cuando uno salía con la ex novia del otro. Después acabaron por hacerse amigos y más tarde, compañeros de proyecto, como explica Marc: “Pablo y yo somos amigos de largo recorrido. Nos conocemos desde hace muchos años y al poco de conocernos oí lo que tocaba y me molaba pero no tenía forma de ayudarle. Con el paso de los años aprendí a gravar, me he comprado mucho equipo, y un día en un bar nos volvimos a encontrar y le dije tío, tienes que hacer cosas conmigo. Quedamos para gravar y de ahí salió “La Roma Imperial”.


El proceso de composición y grabación del disco siguió su propio ritmo en casa de Marc, que comenta que “ha sido un proceso de grabación muy lento, cogíamos una canción y la íbamos perfeccionando con el paso de los meses. Algunas se quedaban por perfeccionar y algunas llegaron a su estatus de disco". Pablo explica que las canciones que le mostraba a Marc eran “de temática amorosa y muy directas. Intenté evitar las de experiencias transcendentales, canciones más retorcidas. Quería hacer un disco de debut como el primero de Nacha Pop o algo así, el típico disco de canciones con temática adolescente muy asimilables".


Efectivamente casi todo el disco gira entorno al amor, al desamor, a los desengaños, las crisis, las rupturas y los inicios. Las letras son uno de los puntos fuertes del grupo, porque hacer buenas canciones pop sencillas y directas sobre amor no es fácil. Están llenas de imágenes muy fuertes y potentes. En cierta manera, están inspiradas en las letras de los grupos de los sesenta, letras de frases breves y sintéticas. Así es como salieron: “Para las letras hago una parrafada que ocupa cuatro veces la canción y no rima. Luego voy pensando esta imagen mola mucho, esta imagen mola mucho y voy seleccionando hasta quedarme con las partes que me molan y lo desarrollo. Me gusta mucho trabajar con referentes, ideas muy fuertes que funcionan bien y de donde coge la gente. Me gusta hacer una temática que está muy sobada, como es el amor, pero darle un rollo como muy bizarro como en Los novios de Bélmez. El videoclip de esta canción lo podremos ver dentro de poco.


Se nota que zona amantes de los sesenta sólo con verles. Pero también de otras épocas, así que no tenían la intención de limitarse a un estilo muy concreto y cerrado, sino que según Pablo querían hacer “un disco intergeneracional. No me gustan los discos en que se mencionan nombres de películas y cosas del momento, discos muy perecederos. Igual por eso hemos buscado sonidos que han perdurado a través de las décadas, más que hacer un disco de reconstrucción de un sonido determinado. La gente habitualmente reconstruye un tipo de sonido muy determinado, de un tipo de escena concreta” a lo que Marc añade que han hecho lo que les ha apetecido en cada momento.


En el momento de definirse como grupo, no pensaron en nadie más. Sí que han tenido algunas colaboraciones a la hora de grabar el disco, como la de Paco Tamarit de Serpentina o Manu de Autumn Commets.


Marc Greenwood lleva muchos años con La Habitación Roja. Para él Maronda supone “abrir la mente. Enriquece mucho tocar con otra gente, trabajar de otra forma, hacer cosas distintas. A mi me beneficia para LHR, en el disco de Universal ya hay cosas que son gracias a que yo estaba con él. Los coros de Younger se me ocurrieron a mi, en mi casa” y son los que suenan en el disco.


Aún nos queda la asignatura pendiente de ver a Maronda en directo. Han dado algunos conciertos, pero de momento son pocos y no han pasado por Barcelona. El fin del mundo en mapas es uno de los debuts más interesantes de los últimos meses y uno de los que más he escuchado este año.


A falta de directo y del vídeo de Los novios de Bélmez, tenemos esta grabación:



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