martes, 6 de septiembre de 2011

DICCIONARIO: Cala


"Surto, agafo el meu patí, arribo a la cala" – Contra les cordes, Samitier




Cala Estreta, al norte de Palamós

Palamós guarda esta cala entre árboles, rocas y mar. Sólo podríamos llegar a ella en monopatín (o patín, tanto da) optando por el camino más sencillo, el que sale del aparcamiento de la Platja del Castell y llega al letrero que la indica e implica bajar por un caminito que luego se convierte en escalera, luego en sendero y luego en playa.

Ese camino plano se aleja de la costa, del camino que requiere un poco de esfuerzo, especialmente si calzas chanclas y temes resbalar en cada requiebro; del camino más hermoso que a cada vuelta deja ver un mar brillante y limpio que lame las rocas que le dan fin.

Las rocas lastiman un poco los pies, que se han de acostumbrar a esta arena gorda. La vista opta por la supervivencia y busca una entrada libre de piedras. Él dice que, buceando, tocó peces y otros animales marinos. Yo busco la cala siguiente, que no sé si es la misma o es otra y me siento en una piedra plana como un sillón de reina  para que las suaves olas me rompan en las pantorrillas. Y todo es casi silencio y luz y el rumor del agua.

El día que fuimos coincidimos allí con El Petit de Cal Eril. "Nus a la platja, farem l'amor. Nus sota l'aigua fent-nos petons". Vol - Vol i Dol (2010)



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