martes, 16 de noviembre de 2010

La belleza de Matilda


Refree sigue dando pasos adelante, sigue jugando y sigue ganando. Es Matilda ya su quinto disco, todos se parecen entre sí porque han salido al padre, pero cada uno tiene su personalidad, su fecha de nacimiento, su color preferido. Matilda es como Nones un disco recogidito, de esta estación de otoño casi invierno, aunque respira más calma, reposo, serenidad. Aquel me parecía inquietante y oscuro a ratos y este de taza de té y ganchillo (eso he hecho yo mientras lo escuchaba). A Matilda le gusta contar historias como a Refree. Es una de sus señas de identidad, esos personajes que aunque puedan ser algo lúgubres acaban por resultar siempre entrañables en su voz. Así, es un disco lleno de personajes peculiares: un joven que mira una revista porno sin ningún interés, un buen tío que suspira por un poco de sexo, una señora como un cienpiés, un torpe o un señor Beltran que caza ondas de radio y conejos (encantadora canción basada en un poema de Enric Seguí i Pou).

El cuidar las letras y las melodías es otra de esas señas. Matilda está mimada como el resto de sus hermanos. Una delicia sonora, llena de detallitos, arropada por la dulce voz de Raül de contador de cuentos al oído. Esta vez, Raül ha jugado más con ella, intrepentado esas historias, dramatizando, colocando pausas. Un juego con más jugadores: como en una obra de teatro, los instrumentos enfatizan los cuentos, los cambios de ritmo indican cambios de acción... y hay un montón, cuerdas, vientos y hasta una vihuela mexicana, que no sé lo que es. Refree no se conforma con lo ya sabido u ofrecido. Escogió a Brad Jones para la producción, quien dice que sus historias son extrañas, obliquas y hermosas. Le doy la razón.

A Refree le ha gustado a menudo tener el contrapunto de una voz femenina, a veces como un intrumento más. Esta vez vuelven los juegos de voces, con las de María Rodés y Sílvia Pérez Cruz. Josh Rouse y Nacho Umbert también se pasaron a disfrutar.

Y esta vez se la ha jugado aún más dejando su sello hasta la fecha, Acuarela, para crear Marxophone, un paraguas para la autoedición de un grupo de amigos (él, Nacho Vegas, Fernando Alfaro). Se cuestionan el papel de los sellos hoy y apuestan por el control del autor sobre su obra.

Que Refree es un tipo inquieto que no se acomoda está más que claro tras sus múltiples proyectos y colaboraciones. Pero a pesar de que su marca se ve claramente en sus trabajos, también en sus producciones para discos ajenos, sigue abriendo camino guiado por su creatividad y buen gusto.

Matilda es una auténtica delicia.
*Refree presenta mañana su nuevo disco en Fnac Triangle, a las 19h.

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